La sangre del verdugo by Juana Cortés & José María Mijangos

La sangre del verdugo by Juana Cortés & José María Mijangos

autor:Juana Cortés & José María Mijangos [Cortés, Juana & Mijangos, José María]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2023-01-15T00:00:00+00:00


Capítulo 61

Cleofás va caminando por la calle de Sagasta. De vez en cuando siente la tentación de entrar en un bar; una copita nunca viene mal, se dice. Pero se conoce y teme liarse y mandar al garete la idea que ha tenido para ayudar a Gracia, por lo que aprieta los puños, exhala un suspiro y sigue caminando.

En el número 24 está la casa y estudio de su amigo Peter, un productor de música mainstream al que conoció en el metro. Peter se lo quedó escuchando durante más de media hora embelesado y le dio una generosa propina. Luego se presentó y lo invitó a su estudio de grabación para que colocase unos fraseos de su saxo en sus grabaciones. Son grabaciones que vende en paquetes para hilos musicales de grandes superficies, supermercados, consultas clínicas y concesionarios. Desde entonces, de vez en cuando, Cleo acude a su estudio para grabar. Es una forma de ganarse un dinero.

El mismo Peter le abre la puerta. Es un hombre de mediana edad, a pesar de su aspecto juvenil. Lleva la barba bien cuidada y recoge su pelo en una coleta. La casa es amplia y luminosa, todo lo contrario del viejo hostal donde duerme Cleofás y donde el único sol que se ve es el de una fotografía que adorna la recepción.

—Hombre, Cleo —lo saluda, invitándolo a entrar—. Me pillas currando todavía. Aunque me temo que hoy no tengo nada para ti. Hasta el mes que viene no grabo.

—No, compay. Estoy aquí por otro asunto. ¿Podemos hablar?

—Por supuesto, pasa. ¿Un brandi?

El músico hace un esfuerzo y niega con las manos.

Se introducen en el estudio de Peter. Es un salón acolchado, con un órgano y varias guitarras repartidas por la estancia. Un par de ordenadores en un rincón. Cleofás se sienta en la banqueta del órgano mientras observa cómo el productor trastea con los ordenadores.

—Necesito un favor, amigo —dice.

—Tú dirás.

Cleofás extrae el teléfono de su bolsillo y pulsa el archivo con las amenazas a Estela. La expresión de Peter cambia paulatinamente al escuchar la voz de mujer distorsionada.

—¿En qué lío te has metido, Cleo?

—Esta vez no soy yo, pana. Es para una amiga. Necesito saber qué hay detrás de la grabación. Solo tú puedes ayudarme en este fregao.

Peter lo mira extrañado, pero prefiere no preguntar más. Con él, Cleofás siempre ha sido legal.

—No se escucha muy bien. Déjame el teléfono.

El músico se lo entrega. Peter enchufa una clavija a su ordenador.

—Vamos a intentar limpiar la grabación.

Teclea algo y lo conecta a un amplificador para aislar la música. La voz amenazante va bajando el tono y se escucha la música amplificada. Peter interroga con la mirada al viejo músico.

—¿No lo conoces?

Cleofás abre mucho los ojos.

—Por supuesto, pipón. These foolish things…

—Remind me of you… —tararea el productor.

—¡Lo tenemos! —exclama Cleofás, dándose una palmada en el muslo.

—La grabé el año pasado, si no recuerdo mal. Déjame aislarlo un poco más, creo que…

Peter pulsa concentrado las teclas del ordenador. Consigue bajar el nivel de la voz y la música y se escucha débilmente una voz lejana que cita a un hombre para consulta.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.